lunes, 4 de febrero de 2013


LA FRUSTRACION



Hace pocos días leí un Tweet que decía ¨  Siempre estamos pensando en el futuro pero cuando llega nunca es como lo imaginamos¨. Este breve mensaje me hizo reflexionar sobre la ansiedad que nos produce el estar enfocados en el futuro y más grave  aún, el sentimiento que nos invade si éste no sucede como lo planeamos o lo deseamos. Esa sensación, una mezcla de ira con decepción, se denomina frustración.

Toda mi vida he tenido que lidiar con la frustración. Inicio un proyecto o un nuevo reto, ya sea personal o profesional y en determinado momento, las cosas no suceden exactamente como lo había pensado y ese sentimiento me domina por unos instantes. Solía paralizarme por completo años atrás. Hoy sin embargo, he aprendido por experiencias propias y ajenas, que jamás algo que valga la pena será sencillo. He descubierto que posiblemente existe una razón para que las cosas no se lleven a cabo como uno las deseaba, por lo tanto será necesario tomar conciencia de la situación, respirar profundamente y volver a empezar, a veces con un enfoque diferente y en circunstancias distintas.

Una de las  enseñanzas más memorables sobre el manejo de este sentimiento llegó a mi de forma inesperada. Yo regresaba de una experiencia inolvidable de varios días de meditación  en el desierto de Nuevo México durante el solsticio de verano y tomé el avión de regreso a casa. Antes de despegar, la azafata me preguntó si podía cambiarme de asiento para que una pareja mayor pudiera viajar juntos. Con gusto accedí y tome mi nuevo lugar en el avión. Para mi sorpresa quien viajaba a mi lado era un famoso alpinista ecuatoriano,  que había ascendido al Everest sin oxígeno y a catorce montañas de más de ocho mil metros de altura. Siempre había sentido una gran admiración por Iván Vallejo, era un aventurero, un luchador y un sabio de la montaña.

Conversamos por largo rato. El me conto que venía escalando una montaña en Alaska. Yo le conté que venía del Tantra en Nuevo México. Al final me contó algunas de sus penas y yo las mías. En un momento dado,  le dije que me costaba mucho lidiar con el sentimiento de  frustración que las últimas semanas rondaba mi vida. El me miró por unos segundos en silencio y me dijo ¨ la frustración siempre ha sido el karma con el que he tenido que luchar desde chico y la vida me lo sigue poniendo al frente en lo que más me gusta hacer que es subir montañas¨. Iván respiro profundo y dijo: ¨ A veces demoras años en entender que lo que parecía una tragedia, lo que detuvo tu paso, tenía una razón de ser.¨ Habló sobre su experiencia en las montañas, la frustración de  estar a 200 metros de alcanzar la cima y tener que renunciar y volver por que las condiciones del clima no son buenas. Todo esto después de 21 días de ascenso y de 10 meses de preparación. Y simplemente no hay nada que puedas hacer al respecto, más que respirar profundo, aceptar, no tratar de entender en ese momento y regresar. Con el tiempo tal vez lo volverás a intentar, quizá en otras condiciones.


Las palabras de Iván relataban su ascenso a las montañas pero al mismo tiempo la experiencia en nuestro propio camino. Fue una enseñanza inesperada sobre el autocontrol, la aceptación para superar la frustración y la tenacidad para volver a empezar.