lunes, 21 de diciembre de 2015






Los celos extremos y la ansiedad
¿ En cual de los lados has estado?

Los celos son una respuesta emocional compleja que puede ser altamente perturbadora, surge cuando una  persona percibe una amenaza hacia algo que considera de su propiedad. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra. También se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona. Los celos son una emoción que surge por querer poseer en exclusiva a la persona amada. El miedo a la pérdida, real o no, se planea como una amenaza.

Diferencia entre celos “normales” y patológicos

A veces resulta difícil establecer límites entre los celos normales y los celos patológicos. Los celos normales consisten en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más y no constituyen un trastorno psicopatológico. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie. Esto a veces causa  ciertos problemas en la pareja, pero no son demasiado serios ni producen un malestar grave. Los celos son no patológicos, cuando existiendo motivo racional para sentirlos, la reacción emocional no hace perder la capacidad de entender y dirigir acciones.

Los celos patológicos se pueden considerar como una enfermedad porque son aquellos que, siendo infundados o incluso fundados, llegan a obsesionar de tal manera al que los padece que repercuten negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento. Están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión, y suelen ser destructivos para la relación.

La diferencia entre ambos tipos de celos está en que en vez de preferir y desear que su pareja esté sólo con él o ella, las personas con celos patológicos, están exigiendo (frontalmente o mediante manipulación emocional)  que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocionalmente con otras personas, sea esta relación del tipo que sea.
Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva; el sujeto que los padece vive en un estado de infelicidad constante, entre sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación.

Por eso el celoso es una persona posesiva, que quiere disponer de su pareja como si fuera un objeto. Existe una dependencia afectiva muy profunda: Los celos pueden venir causados por problemas de autoestima o incluso en menor medida de visión distorsionada de la realidad.

Algunas características de las personas con celos patológicos son los temores obsesivos, y ansiosos; tienden a buscar las pruebas de la existencia de un posible engaño y rechazan todos los argumentos racionales de todas las personas cercanas, la ansiedad puede aparecer por miedo ante la posibilidad de perder lo deseado. Otra característica fundamental se presenta en cuanto a su forma de pensar, la amenaza y la inseguridad son constantes en sus propios atributos. Generalmente tienen sentimientos de ira, mal humor, temor, baja autoestima e inestabilidad. En cuanto a su forma de actuar son personas impulsivas y padecen irritabilidad e intolerancia por la incapacidad de frenar los pensamientos negativos que pueden llegar a ocasionarles perturbaciones, no sólo psicológicas, sino fisiológicas. El celoso tiene la idea, totalmente equivocada, de que puede tener la posesión de la otra persona, que puede poseerla y controlarla, al igual que hace con sus bienes.

Comportamientos frecuentes:
·              Revisa  ( o mira de reojo) las llamadas del teléfono de su pareja  o su e-mail. Revisa las redes sociales para detectar nuevos amigos, comentarios, likes y cualquier otra actividad.
·              Exige que se le relate  los movimientos que realizó en el día.
·              Llama a su pareja  seguido a ver qué está haciendo.
·              Controla cada salida con sus amigas(os).
·              Sufre ansiedad ante el retraso o tardanza al llegar a casa, o contestar llamadas o mensajes.  
·              Esta pensando siempre en el engaño y la infidelidad obsesionado con ello y no permitiendo una vida plena y feliz.

¿ En que lado estas? ¿Eres el celoso o el celado?

En una relación donde los celos son continuos es evidente que los dos miembros de la pareja sufren. La ansiedad del celado comienza a subir por sentirse controlado, en duda todo lo que hace, caminando ¨sobre huevos¨, teniendo que cuidar cada palabra que dice por el miedo al conflicto. Se aleja poco a poco. Cuenta menos cada vez sobre su vida a su pareja, pues todo es un potencial conflicto. Se vuelve cada vez más irritable, sus reacciones comienzan a tener un alto componente de ira y finalmente se llena de resentimientos.

Del lado del celoso, la situación a más de destruir la relación, destruir la pareja, es fundamentalmente un camino de autodestrucción. La persona vive en una permanente ansiedad. Su mente le juega malas pasadas, llenándola de pensamientos negativos automáticos. La felicidad y la alegría comienzan a desaparecer y el sufrimiento inunda su vida.

Solo quien ha estado en los dos lados, puede comprender la ansiedad y hasta la depresión que uno puede sentir por la desconfianza que se vive día a día.

¿ Que hacer?

Los celos enfermizos, no es cuestión de simple voluntad, tal como no lo es la ansiedad o la depresión severa, por lo tanto es necesario recurrir a ciertas herramientas y en ocasiones buscar ayuda profesional.

El primer paso es aceptar que se tiene un problema. Tal cual lo hace un adicto, un alcohólico o un enfermo. Cuando se acepta que hay problemas, se puede empezar por determinar si esta en sus manos o se necesita la intervención de alguien más. Si quieres mantener tu relación, es importante comunicarte con tu pareja y contarle tu preocupación y tu disposición a hacer algo al respecto. Ese es un buen comienzo, pues si tu pareja te ama, comprenderá que no lo estas atacando por maldad o locura, sino por que hay cosas que van más allá de tus manos y sabrá que quieres cambiar en la medida de lo que sea posible.

Para dejar atrás los celos, primero hay que darse cuenta de que se padecen y hay que intentar descubrir en qué momentos uno se comporta de manera celosa. Anotar lo que se hace, lo que se siente y lo que se piensa en esos momentos ayudará a entender y razonar mejor su origen. Quizás los celos tengan fundamento, pero quizás no sea así, si se analizan pensamientos, sentimientos y conductas, es probable que puedan hallarse muchos errores de interpretación. 

 Controlar los celos

La terapia ¨cognitiva¨ es una de las herramientas más eficaces para tratar este problema.  

La terapia Cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado. Se basa en la teoría de que los afectos y la conducta de un individuo están determinadas en gran medida por el modo que tiene dicho individuo de procesar la información (todos los estímulos provenientes tanto del mundo externo como del mundo interno) y dar significado a los hechos.

Dicho de otra manera, lo que pensamos acerca del mundo, de los demás y de nosotros mismos, condiciona nuestros estados de ánimo y nuestra conducta.

Las personas que sufren ciertos trastornos ( entre esos los celos incontrolables) decodifican la información que reciben en términos de peligroso - no peligroso. La terapia cognitiva busca flexibilizar y ampliar el abanico de significados posibles. El paciente junto con el terapeuta, a través de las sesiones y de las tareas que realiza en su casa, se entrena en detectar sus pensamientos negativos y en reconocer su estilo propio de atribución de significados, para reemplazar o modificar aquellos que no resultan útiles para una mejor calidad de vida.

La terapia Cognitiva se complementa con una terapia Conductual donde, a través de la realización de prácticas, ejercicios y exposiciones, la persona pone a prueba y ejercita los nuevos estilos de pensamiento adquiridos a través del trabajo psicoterapéutico. La combinación de ambas terapias permite a la persona que sufre estos trastornos conocer y cambiar su estilo de pensamiento, lo que lleva a un cambio en el comportamiento, para lograr así, una mejora significativa en la calidad de vida. ¨

En resumen cambiar la forma de procesar los pensamientos, analizando la realidad, las probabilidades de que lo que imaginemos este realmente sucediendo y por lo tanto actuando de una forma diferente.

Veamos un ejemplo: Tu pareja ha salido o se encuentra de viaje, no has tenido noticia de el o ella en unas horas, le envías un mensaje de texto, esperas unos minutos y no tienes respuesta. Vuelves a enviar otro mensaje. Al no obtener un mensaje de regreso, lo llamas y no contesta su teléfono. Tu primer pensamiento llega ¨no me contesta por que esta con otra persona¨. El desencadenante de ese pensamiento inicial fue el hecho de que no te contesta el teléfono. Nuestra mente nos juega una mala pasada, nuestro razonamiento es ¨catastrófico¨. El 99 % de las probabilidades según nuestra reflexión de ese momento, se va al peor escenario: ¨no me contesta por que esta con alguien más¨. De ahí en adelante todo es una caída libre hasta perderse en un ataque de celos.

¿ Como cambiamos este tortuoso camino según el aprendizaje de la terapia cognitiva?

Empecemos por determinar el primer pensamiento, la primera idea negativa que viene a nuestra cabeza y razonar con los siguientes pasos:

1.- El pensamiento que tengo, es solo una idea.
2.- Que tenga esa idea, no significa que sea cierto.
3.- Esa idea no me define ni a mi ni a mi pareja.

Una vez repetido estas palabras en tu cabeza piensa lo siguiente:

¿ Que probabilidades existe de que lo que pienso se verdad, cuales son las otras posibles alternativas?. Para el ejemplo que mencionamos: ¿ Que probabilidades existe de que no me conteste por que mi pareja esta con otro? ¿ Puede ser que sea cierto lo que estoy pensando? ¿ que probabilidades hay de que existan otras razones?

Respira profundo por unos minutos, inflando tu vientre y por lo tanto la parte baja de tus pulmones, sosteniendo el aire y exhalando completamente y reflexiona en lo siguiente:

¿Es posible que nuestra pareja este con otro?. Claro que puede ser, sin embargo, las probabilidades de que eso suceda no son del 99 % como muestra mente nos quiere convencer. En realidad, los más probable es lo contrario, es decir, que solo hay un 1% de posibilidades de que lo que estés pensando sea verdad. En el ejemplo que nos ocupa, la razón de que no nos conteste el teléfono pueden ser  muchas: el teléfono esta en su cartera, simplemente no lo escucha, esta dormida, no tiene batería o simplemente lo dejo sin sonido. Lo mismo podemos aplicar a todos los casos. En el momento que nuestra mente simplemente se plantea la probabilidad de otras razones diferentes a nuestro escenario catastrófico, la ansiedad baja de forma automática y hemos detenido el avance de un ataque de celos, la ansiedad respectiva y las consecuencias que los celosos conocemos terminan por ocasionar a nuestra relación.