Una vida afectuosa sana y equilibrada permiten al ser humano enfrentar los desafíos de la vida con seguridad, fuerza, mayor tranquilidad. Esto, a menos que tiene otras herramientas como la fé o una práctica espiritual consistente.
Cuando en algún momento de nuestra vida este afecto nos falta o es inestable e inseguro, se desarrollan las siguientes tendencias:
Dependencia afectiva (relaciones co-dependientes);
Miedo
En los estados más profundos, el miedo se transforma en ansiedad, luego en fobias, para continuar en su espiral descendiente a ataques de pánico e infelicidad.
Psicológicamente hablando, es importante entonces volver al origen del desequilibrio, es decir, sanar el desequilibrio afectivo que nos fue llevando a esta espiral descendiente.
Buscar relaciones que nos nutren y apoyan y brindan estabilidad emocional son esenciales en este proceso de sanación. Tener el valor de salirnos de relaciones que no nos proporcionan estas cualidades es un paso importante en nuestra autosanación.A veces sólo será necesario establecer límites claros y expresar nuestras necesidades honesta y firmemente para cambiar la dinámica de las relaciones.
Cualquiera la alternativa, será necesario coraje y la firme decisión de crear un cambio.
Kundalini Yoga y meditación, y específicamente todo Pranayama en esa técnica, nos permiten vencer los miedos y desarrollar el coraje, como así mismo, la fuerza de voluntad y el amor a nosotros mismos.
Pero si no tienes a un instructor a mano que te pueda enseñar las meditaciones específicas ¡comienza con un masaje semanal! El tacto es otra forma de "ingerir" prana o energía vital. Otra forma es ayudar y servir a otros sin esperar nada a cambio, pues abrirá tu corazón y su gratitud serán una fuente saludable de afecto en tu vida.
¿No eran Enseñanzas de Jesús el amarnos a nosotros mismos y servir al prójimo?
Bendiciones.
